Construcción del concepto de Soberanía y Dignidad Nacional desde el pensamiento de Benjamín Zeledón y Augusto C. Sandino.
*Josseline
Yaleska Muñoz Berroterán
*Estudiante de V año de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNAN-Managua
“Quiero
quitar la máscara a los imperialistas”. “Nosotros hemos salvado el honor de
Nicaragua. No todos somos traidores.” Gral. Benjamín Zeledón
Introducción
https://carlosagaton.blogspot.com/2019/10/nicaragua-la-insurreccion-del-general.html |
La construcción filosófica de dignidad nacional y soberanía en Nicaragua, tienen un profundo sentido histórico, que evoca luchas tanto ideológicas como dolorosas. Será en la época contemporánea (siglo XX) en la que figuren dos personajes que lograron determinar la importancia de estas dos categorías de análisis y su significado no solo coyuntural, sino que como parte de un proceso de construcción y de lucha permanente para el devenir de la nación.
La presente reflexión parte del estudio al ideario
del General Benjamín Zeledón, precursor del liberalismo como filosofía de
emancipación y progreso, con la intención de comprender la continuidad que más
tarde les daría el General Sandino a estos mismos ideales; en la segunda parte,
se realiza un análisis al pensamiento del mismo partiendo de una breve
contextualización de su práctica y ética política, esto a través de la
selección de escritos redactados por él mismo. Por último se exponen las
reflexiones finales.
Pensamiento de Zeledón
El pensamiento de Zeledón será puesto en perspectiva
desde el análisis de contenido a algunos de los fragmentos de sus escritos,
para ello se retomarán dos de sus últimos comunicados antes de ser asesinado.
Esto se hace necesario para lograr evidenciar con mayor claridad qué
significaba la soberanía para Zeledón y dar la lucha contra el imperio opresor
estadounidense, entendiendo el contexto histórico que atravesó Nicaragua en la
primera parte del siglo XX, de guerras impuestas por las ambiciones políticas
de nacionales, quienes permitieron la intervención de actores externos,
Proclama dirigida al almirante de las fuerzas
armadas estadounidenses por Zeledón en 1912:
“Por
esos actos violatorios de la soberanía
nacional y por los que sigan cometiendo las fuerzas de su mando, presento a
usted mi más enérgica protesta en nombre
de mi país, en nombre del ejército que comando y en nombre de mi raza. Más tarde, la historia dirá que no es con
actos como los relacionados como se llevan a la práctica las doctrinas del Panamericanismo,
cuyos comentarios han llenado muchas páginas de la prensa mundial desde hace
tanto tiempo” (Zeledón, citado en Rivas, 2003:28).
Tomando
en cuenta las frases resaltadas en negrita, se puede decir que para Zeledón, el
acto de intervención militar y política en Nicaragua, representaba una
violación directa a la soberanía, puesto que no sólo era el hecho de plagar
militarmente el territorio, sino que esta acción reflejaba el carácter
autoritario e imperialista de Estados Unidos, adoptando una figura
paternalista, asumiéndose como el dueño de los territorios del sur reflejando una
visión colonial.
Por
otro lado, Benjamín manifiesta 3 elementos que están relacionados y forman
parte de un discurso bien definido: La
lucha por la patria y no por sus intereses personales, en donde patria abarca un espectro mucho más amplio que un
espacio territorial, engloba a los hombres y mujeres que viven ahí, la cultura,
la tradición y la identidad nacional. La
lucha por la raza, esa que ha sido oprimida desde la época colonial y que
en tiempos más recientes es la raza Indo hispana, a como la denominaría más
tarde Sandino, pero ese concepto de raza también abarca a la excluida y
relegada a la pobreza, discriminada por su color y su estrato social (el
campesino, el indígena, el obrero); es decir, que esta visión de la realidad
nicaragüense también logra distinguir a aquellos sujetos invisibilizados por
las elites, dejando de manifiesto una lucha de clases, en donde los actores
centrales es el campesino contra el latifundista o terrateniente.
Como
tercer elemento, el desprecio de todo aquel ideario de dominación y pertenencia
geográfica, representado por la unidad
panamericanista, la cual se convirtió en un movimiento carente de sentido integracionista,
una doctrina diseñada para el beneficio del imperio estadounidense impulsado
por la legendaria “Doctrina Monroe”, en donde se dejaba por fuera precisamente
lo humano y las especificidades de cada país multicultural latinoamericano y
caribeño.
03 de octubre de 1912 última comunicación dirigida
al norteamericano:
“Yo haré con mis
fuerzas la resistencia que exigen el
caso y la dignidad de Nicaragua, a la cual representamos; y después caerá
sobre usted, sobre sus jefes y la Alta Nación a que pertenecen, la tremenda responsabilidad que la historia
les otorgue y el eterno reproche de haber empleado sus armas contra el débil que lucha por defender el sagrado derecho de la Patria de sus
mayores” (Zeledón, citado en Morgan, 2003:29).
La
cita anterior, no es más que una ferviente proclama, en donde a pesar de su
futuro seguro, Zeledón no dejó de arreciar su voz, manteniendo firme su
decisión, su visión y su anhelo. En las frases resaltadas en negritas, llaman
la atención las palabras de resistencia y dignidad de Nicaragua que se reflejan
en su negación por rendirse, es decir, morir antes que dejarse doblar por el
extranjero y también por el nacional que los apoya. Resistencia y dignidad
representan pues, dos palabras que engloban un profundo sentimiento de
nacionalismo patriótico y antiimperialista. En ese sentido, Zeledón, asumía
como propia la tarea de defender y luchar por el derecho a tener una patria
digna y soberana, en donde algún acto de cobardía de parte de él, también sería
interpretado como una debilidad de nación.
En
otras palabras, el deseo que movía a Zeledón, se puede decir que fue el de
forjar un sentimiento de nacionalismo, como sinónimo de unidad, de amor a la
patria, así como la necesidad de articular un pensamiento en contraposición a
la visión pro intervencionista y entreguista de las familias oligárquicas y el
deseo de construir una nación capaz de resolver sus problemas internos, a
través de la maduración política y el rechazo a las agresiones de parte de los
imperialistas.
Sandino, Dignidad y ética política
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En 1920 viaja hacia Honduras y luego hacia México,
en donde pudo apreciar en carne propia el conflicto mexicano con los Estados
Unidos, producto de una política intervencionista a través de las empresas
transnacionales de petróleo, Sandino vivió en el seno de la revolución Mexicana,
encabezada por Emiliano Zapata, estas experiencias son las que de alguna forma
nutren su pensamiento político-filosófico y lo constituyen en un hombre de
ideas, “el máximo creador intelectual de
la nacionalidad nicaragüense”[1]
Sandino regresa a Nicaragua en 1926, año en el que
se integra a la lucha constitucionalista que ya estaba tomando auge, y
participa activamente en la causa de los obreros y campesinos del norte del
país. La guerra constitucionalista (1926-1927) serán los antecedentes
inmediatos a la guerra del ejército defensor de la soberanía nacional.
Conformando de esta manera un ejército o más bien el pueblo en armas, liderado
por el mismo Sandino, el cual tenía las intenciones de sacar del país las
tropas norteamericanas, las que habían intervenido por segunda vez el país,
bajo el consentimiento del presidente Adolfo Díaz.
El
2 de septiembre de 1927 se constituyó oficialmente el EDSNN para una lucha más
radical contra liberales, conservadores y marines. Una pequeña fuerza militar
que inició la guerra de guerrillas dirigida por el General Augusto C. Sandino,
caracterizada como una guerra popular antiintervencionista y antiimperialista (Barbosa, 2007: 42).
Este pequeño ejército que no contaba con más de 200 hombres
en sus inicios, llegó a alcanzar una composición de almenos 6,000 hombres.
Estaba basado en un sólido apoyo de los campesinos de la zona, quienes
proporcionaban información eficaz sobre el enemigo. Sandino, durante este
periodo logró articular una guerrilla más o menos disciplinada y preparada
ideológicamente bajo los principios de antiimperialismo y de soberania
nacional, influenciado fuertemente por la gesta de Benjamín Zeledón, quien lo
marcó de por vida con su muerte. Asi pues, la eficacia de este ejército se
puede explicar con las siguientes palabras:
Desde el aspecto
táctico se desarrolló el hostigamiento, el aniquilamiento parcial, las
emboscadas, las acciones de defensa activa y ofensiva, las batallas de gran
envergadura, la toma de poblados, la resistencia de cercos, la utilización de
estratagemas, las acciones relámpagos de guerrilleros de medio tiempo y las
formas insurreccionales con participación de la población (Barbosa, 2007:44).
En
1927, el entonces presidente de Estados unidos, Coolidge, pide a su amigo
personal, el señor Henry Stimson, arreglar la situación del país a cualquier
precio, y el 04 de mayo logra entrevistarse en villa Tipitapa con el general
Moncada, quien estaba aliado con el ejército de Sandino. Stimson le propuso a
Moncada, dos alternativas, un armisticio y la continuidad de las tropas
estadounidense en el país, así como la del presidente Díaz, a cambio de que en el próximo mandato (1928)
Moncada podría ser presidente, o bien, le quedaba la opción de hacerle frente a
las tropas marines, quienes arremeterían contra los rebeldes para desarmarlos
de manera violenta (Ramírez, 1984:41).
Como era de esperarse, Sandino se negó rotundamente a este
pacto (El espino Negro) y para él, el día 04 de mayo sería reconocido como dia
de la dignidad Nacional. En el que defiende el orgullo y la plena soberanía del
pueblo, lo que no pudo ser explicado de otra manera, a como lo dejó escrito el
propio Sandino en Todos menos uno, (mayo
1927) :
El 4 de mayo debe
ser, efectivamente, día de fiesta Nacional, no porque en ese día Moncada haya
vendido al Ejército Liberal, del cual era General en Jefe, como a una partida
de bestias; debe ser fiesta Nacional porque ese fue el día en que Nicaragua
probó ante el mundo que su honor
Nacional no se humilla; que le quedan todavía hijos que ofrendarían su
sangre para lavar las mancha que sobre ella puedan echar los traidores (Sandino, 2014: 19).
Se incia de esta manera, una lucha
inclaudicable por la libertad nacional, la misma que le cobraría la vida. En
1929, Sandino decide salir del país hacia México, en donde pide apoyo al
presidente Emilio Portes Gil, para su causa. En 1930 regresa a Nicaragua para
darle continuidad a la resistencia y en 1931 escribe su manifiesto luz y
verdad, del que llaman la atención las siguientes palabras:
Que los pueblos oprimidos romperán las cadenas de la humillación, con que nos han
querido tener postergados los imperialistas de la tierra. Las
trompetas que se oirán van a ser los clarines de guerra, entonando los himnos
de la libertad de los pueblos oprimidos
contra de la injusticia de los opresores[2] (Sandino A. C., 2019).
En dicho
manifiesto el Gral. Sandino demuestra su profundo sentido de desprecio hacia la
opresión que imponen los países poderosos del mundo a los más pequeños, pero
también, refleja su sentimiento ferviente anti-imperialista y con ello el deseo
defender hasta el último minuto la soberanía y la dignidad nacional,
comprendiendo que es el pueblo el único que puede liberarse a sí mismo.
Acercándose a
su muerte, el 01 de enero de 1933, Sandino logra expulsar a los marines
norteamericanos de Nicaragua y firma un tratado de paz, pues para él su objetivo
se había cumplido, liberar al país de la intervención y demostrar que ante todo
ese era su único fin, demostrar que Nicaragua debía ser soberana, no violada ni
vendida, reflejando el sentido ético de su lucha, su congruencia y coherencia
en sus acciones e ideales políticos totalmente opuestos a quienes le asesinaron.
El
pensamiento de Sandino debe ser considerado como un continuum de su predecesor
Zeledón. Así lo manifestaría Sandino en 1933 en su “Manifiesto a los Pueblos de
la Tierra y en particular al de Nicaragua”, en el que escribía:
“Hubo la revolución de 1912 que culminó con el asesinato del invicto y
glorioso general Benjamín Zeledón. Era yo un muchacho de 17 años y presencié el
destace de nicaragüenses en Masaya y en otros lugares de la República, por
fuerzas filibusteras norteamericanas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín
Zeledón, quien fue sepultado en Catarina, pueblo vecino al mío. La muerte de
Zeledón me dio la clave de nuestra situación nacional frente al filibusterismo;
por esa razón la guerra en que hemos estado empeñados, la consideramos una
continuación de aquélla” (Sandino citado en Morgan,
2013:29).
En ese sentido, como lo señalan Molina & Barberousse, (2012: 23) “La
esencia del pensamiento de Sandino es el nacionalismo, el cual deriva de su
práctica política”, siendo la defensa de la soberanía nacional al igual que
Benjamín el motor de su lucha y tampoco se puede obviar que Sandino con tanta
claridad y compresión del proceso histórico, acogió el sentimiento de los
pueblos indígenas, quienes ya, años anteriores demostraron tener un hondo
sentimiento de libertad, al plantar resistencia a los conquistadores españoles.
Sus
principios nacionalistas eran también una consigna en contra de todos aquellos
consideradas por él traidores de la patria, en ese sentido, sus acciones eran
congruentes con sus palabras y representaban la dignidad del pueblo oprimido y
empobrecido.
“Por
consiguiente, y viendo que los Estados Unidos de Norte América, con el único derecho que les da la fuerza
bruta, pretenden privarnos de nuestra patria y de nuestra libertad.” Más
adelante agrega: “Permanecer inactivo o
indiferente, como la mayoría de mis conciudadanos, seria sumarme a la grosera muchedumbre de mercaderes patricidas” (Sandino A. , 2014:08) (Fragmento del escrito
dirigido a Froylan Turcios, Amo la
justica y por ella voy al sacrificio, 1928).
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Sin
embargo, estos intereses se expresan de manera más clara en palabras del mismo
hombre que procuró en todo momento transformar la realidad de la cultura
política de la clase oligarca nicaragüense. “El amor a mi patria, lo he puesto sobre todos los amores, y tú
debes convencerte de que para ser feliz, para que seamos felices, es menester que el sol de la libertad
brille en nuestra patria” (Carta a Blanca Arauz, octubre de 1927, Sandino A. , 2014: 43). De esto, se puede entender que
el amor a la patria sobrepasa cualquier deseo personal, ya que la necesidad de
liberar a Nicaragua de las intervenciones estadounidenses significa dignificar
la soberania, Sandino con ello hace uso de la explicación teórica del
imperialismo como fenómeno político en Nicaragua y latinoamerica si se quiere
ver en terminos más amplios.
Por otro lado, el planteamiento de definir el rumbo del país
por los mismos nicaragüenses, el deseo de despojarse de toda imposición y dominio tanto
político, económico, geográfico y cultural, fueron las motivaciones mas
profundas de Sandino, quedando manifiestas en las siguentes palabras:
No creo por demás
manifestarle, que las vidas y propiedades extranjeras quedarán garantizadas por
nosotros, los nicaragüenses, que por fuerzas de Gobiernos extraños; porque toda intromisión extranjera en
nuestros asuntos, sólo trae la pérdida de la paz y la ira del pueblo (Sandino A. , 2014:30).
Todo lo anterior representa la formación y
maduración política-ideológica de Sandino, la
misma que ha tenido un largo proceso de construcción y que en parte le sirvió
de determinación para alcanzar la victoria de
la dignidad no solo nacional, sino que
también hispanoamericana, representando la negación histórica al entreguismo
nefasto y servil de la clase política patriotera y de las constantes
intromisiones extranjeras.
Mi
mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son alma y nervio de la
Raza, y que
hemos vivido postergados, a merced de los desvergonzados sicarios que ayudaron
a incubar el crimen de alta traición, mostrándose indiferentes al dolor y la
miseria del liberalismo, al cual perseguían encarnizadamente, como si no
fuéramos de una misma Nación. (Sandino A. , 2014:
23, Fragmento del Manifiesto de San Albino, 1927).
La guerra de liberacion nacional, fue entonces, una lucha
justificada por los más altos sentmientos de dignidad, autonomismo, patriotismo,
rebeldía y coraje. Esto representó la lucha de todo un pueblo y fue Sandino
quien supo darle una ubicuidad en todo el territorio, asi como un lugar en la
historia a los campesinos, a los obreros explotados y excluidos del sistema
capitalista, que pone al capital por encima del trabajo. Supo tambien,
manifestar de la manera más honrosa sus ideales, a través de sus acciones, plantándole cara al
poderoso Estados Unidos del Norte, quien jamás pensó ser derrotado por “indios”
campesinos o “vandoleros” a como le llamaban al ejército de Sandino.
Ahora bien, su profundo sentido antiimperialista no puede ser
comprendido como una idea desconectada de la realidad, ya que este se sustentaba
de unas realidades históricas concretas que han marcado al país, su
conceptualización de dignidad nacional es fruto de dichas reflexiones que de
manera pertinente explicaban el contexto social de Nicaragua, Sandino incluso
aporta valores al sistema de creencias de nuestra sociedad, en el sentido de
que hoy, todo ciudadano comprometido con su patria no duda de la importancia de
defender nuestra soberania con dignidad.
Reflexiones Finales
Finalmente, se puede decir que, del ideario de
Zeledón y Sandino se crea una articulación y maduración del pensamiento
político nicaragüense desde una visión nacionalista, pudiéndose decir que ambos
héroes constituyeron una simbiosis ideológica, que se engloba en un
Nacionalismo Patriótico y Anti-imperialista. Sentimiento fundante de toda una
tradición histórica, la cual honrosamente, ha sido revivida en años recientes
como un ideal de Nación.
Ambas perspectivas representan lo que hoy llamamos
Soberanía y Dignidad Nacional, pero no como conceptos llanos y vacíos de la teoría
metafísica, sino como parte de un proceso de construcción histórica y
dialéctica. Del pensamiento de estas dos
figuras, también se desprenden otros elementos de gran valor en la actualidad,
el humanismo, la justica, la paz y la libertad; permaneciendo vigentes en el
tiempo y que se perpetúan por su significación y sentido común. Lo que nos da
para reflexionar sobre los procesos actuales que atraviesa nuestro país, ya que
el enemigo sigue siendo el mismo, la dignidad de estos hombres y mujeres
representó y representan la dignidad de la patria, Nicaragua.
Bibliografía
Barbosa, F. (2007). sintesis de la Historia
Militar de Nicaragua. Managua: ARDISA.
Molina, R., & Barberousse, P. (2012). Reflexiones en
torno al pensamiento de Agusto C. Sandino. REBELA, 19-29.
Morgan, A. (2003). Breve Biografía de Zeledón. Temas
Nicaraguenses, 23-30.
Ramírez, S. (1984). Agusto C . Sandino, el
pensamiento vivo. Managua: Nueva Nicaragua.
Rivera, J. (2013). ULTRAJARON NUESTRA SOBERANÍA y
ASESINARON A NUESTROS HEROES. Temas Nicaraguenses, una revista dedicada a
documentar asuntos referentes a Nicaragua, 7-11.
Sandino, A. (2014). Historia de la Defensa por la
soberania Naciona, contada por Sandino. Managua: Alcaldia de Managua.
Sandino, A. C. (15 de Febrero de 2019). La Barricada.
Obtenido de Manifiesto Luz y Verdad: destruir la injusticia y romper las
cadenas de la humillación:
https://barricada.com.ni/sandino-manifiesto-luz-y-verdad-destruir-la-injusticia-y-romper-las-cadenas-de-la-humillacion/
[1] Frase tomada del escritor Jorge
eduardo Arellano, en su ensayo: Bosquejo ideológico de Augusto Sandino.
[2] Fragmento extraído del
manifiesto escrito por Sandino en 1931 y que fue publicado recientemente por
Stella Merlos (2019) en el webside de Barricada: https://barricada.com.ni/sandino-manifiesto-luz-y-verdad-destruir-la-injusticia-y-romper-las-cadenas-de-la-humillacion/
Excelentes apreciaciones..
ResponderBorrarGracias por tomarse el tiempo de leerlo. Saludos.
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