Construcción del concepto de Soberanía y Dignidad Nacional desde el pensamiento de Benjamín Zeledón y Augusto C. Sandino.


*Josseline Yaleska Muñoz Berroterán
*Estudiante de V año de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNAN-Managua

“Quiero quitar la máscara a los imperialistas”. “Nosotros hemos salvado el honor de Nicaragua. No todos somos traidores.” Gral. Benjamín Zeledón

Introducción
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El concepto que se entiende hoy de soberanía y dignidad nacional  se ha convertido en parte del vocabulario cotidiano de los nicaragüenses, un concepto entendido por muchos, definiciones que hoy nos resultan comunes, lógicas y normales. Sin embargo, ambos conceptos desde una visión filosófica han sido el producto de un proceso histórico, son el resultado de una herencia patrimonial forjada por hombres y mujeres que se atrevieron a amar la patria y a desafiar a la clase política indolente, que carecía de una visión de Nación.

La construcción filosófica de dignidad nacional y soberanía en Nicaragua, tienen un profundo sentido histórico, que evoca luchas tanto ideológicas como dolorosas. Será en la época contemporánea (siglo XX) en la que figuren dos personajes que lograron determinar la importancia de estas dos categorías de análisis y su significado no solo coyuntural, sino que como parte de un proceso de construcción y de lucha permanente para el devenir de la nación.

La presente reflexión parte del estudio al ideario del General Benjamín Zeledón, precursor del liberalismo como filosofía de emancipación y progreso, con la intención de comprender la continuidad que más tarde les daría el General Sandino a estos mismos ideales; en la segunda parte, se realiza un análisis al pensamiento del mismo partiendo de una breve contextualización de su práctica y ética política, esto a través de la selección de escritos redactados por él mismo. Por último se exponen las reflexiones finales.

Pensamiento de Zeledón 

El pensamiento de Zeledón será puesto en perspectiva desde el análisis de contenido a algunos de los fragmentos de sus escritos, para ello se retomarán dos de sus últimos comunicados antes de ser asesinado. Esto se hace necesario para lograr evidenciar con mayor claridad qué significaba la soberanía para Zeledón y dar la lucha contra el imperio opresor estadounidense, entendiendo el contexto histórico que atravesó Nicaragua en la primera parte del siglo XX, de guerras impuestas por las ambiciones políticas de nacionales, quienes permitieron la intervención de actores externos,     
Proclama dirigida al almirante de las fuerzas armadas estadounidenses por Zeledón en 1912:

“Por esos actos violatorios de la soberanía nacional y por los que sigan cometiendo las fuerzas de su mando, presento a usted mi más enérgica protesta en nombre de mi país, en nombre del ejército que comando y en nombre de mi raza. Más tarde, la historia dirá que no es con actos como los relacionados como se llevan a la práctica las doctrinas del Panamericanismo, cuyos comentarios han llenado muchas páginas de la prensa mundial desde hace tanto tiempo” (Zeledón, citado en Rivas, 2003:28).

Tomando en cuenta las frases resaltadas en negrita, se puede decir que para Zeledón, el acto de intervención militar y política en Nicaragua, representaba una violación directa a la soberanía, puesto que no sólo era el hecho de plagar militarmente el territorio, sino que esta acción reflejaba el carácter autoritario e imperialista de Estados Unidos, adoptando una figura paternalista, asumiéndose como el dueño de los territorios del sur reflejando una visión colonial.

Por otro lado, Benjamín manifiesta 3 elementos que están relacionados y forman parte de un discurso bien definido: La lucha por la patria y no por sus intereses personales, en donde patria  abarca un espectro mucho más amplio que un espacio territorial, engloba a los hombres y mujeres que viven ahí, la cultura, la tradición y la identidad nacional. La lucha por la raza, esa que ha sido oprimida desde la época colonial y que en tiempos más recientes es la raza Indo hispana, a como la denominaría más tarde Sandino, pero ese concepto de raza también abarca a la excluida y relegada a la pobreza, discriminada por su color y su estrato social (el campesino, el indígena, el obrero); es decir, que esta visión de la realidad nicaragüense también logra distinguir a aquellos sujetos invisibilizados por las elites, dejando de manifiesto una lucha de clases, en donde los actores centrales es el campesino contra el latifundista o terrateniente.

Como tercer elemento, el desprecio de todo aquel ideario de dominación y pertenencia geográfica, representado por la unidad panamericanista, la cual se convirtió en un movimiento carente de sentido integracionista, una doctrina diseñada para el beneficio del imperio estadounidense impulsado por la legendaria “Doctrina Monroe”, en donde se dejaba por fuera precisamente lo humano y las especificidades de cada país multicultural latinoamericano y caribeño.

03 de octubre de 1912 última comunicación dirigida al norteamericano:
“Yo haré con mis fuerzas la resistencia que exigen el caso y la dignidad de Nicaragua, a la cual representamos; y después caerá sobre usted, sobre sus jefes y la Alta Nación a que pertenecen, la tremenda responsabilidad que la historia les otorgue y el eterno reproche de haber empleado sus armas contra el débil que lucha por defender el sagrado derecho de la Patria de sus mayores” (Zeledón, citado en Morgan, 2003:29).

La cita anterior, no es más que una ferviente proclama, en donde a pesar de su futuro seguro, Zeledón no dejó de arreciar su voz, manteniendo firme su decisión, su visión y su anhelo. En las frases resaltadas en negritas, llaman la atención las palabras de resistencia y dignidad de Nicaragua que se reflejan en su negación por rendirse, es decir, morir antes que dejarse doblar por el extranjero y también por el nacional que los apoya. Resistencia y dignidad representan pues, dos palabras que engloban un profundo sentimiento de nacionalismo patriótico y antiimperialista. En ese sentido, Zeledón, asumía como propia la tarea de defender y luchar por el derecho a tener una patria digna y soberana, en donde algún acto de cobardía de parte de él, también sería interpretado como una debilidad de nación.

En otras palabras, el deseo que movía a Zeledón, se puede decir que fue el de forjar un sentimiento de nacionalismo, como sinónimo de unidad, de amor a la patria, así como la necesidad de articular un pensamiento en contraposición a la visión pro intervencionista y entreguista de las familias oligárquicas y el deseo de construir una nación capaz de resolver sus problemas internos, a través de la maduración política y el rechazo a las agresiones de parte de los imperialistas.

Sandino, Dignidad y ética política

Cobrando conciencia de la histórica lucha antiimperialista ...
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El General Sandino como continuador del General Zeledón, nace el 18 de mayo de 1895, hijo de dos jóvenes campesinos del municipio de Niquinohomo, a la edad de 12 años decide emprender aventuras, así lo relata él mismo: “A los doce años abandoné a mis padres y me fui en busca de aventuras. Recorrí las principales ciudades de Centro y Norte América, así como sus mejores centros industriales, habiendo permanecido mayor tiempo en México”. (Sandino,2014:07).

En 1920 viaja hacia Honduras y luego hacia México, en donde pudo apreciar en carne propia el conflicto mexicano con los Estados Unidos, producto de una política intervencionista a través de las empresas transnacionales de petróleo, Sandino vivió en el seno de la revolución Mexicana, encabezada por Emiliano Zapata, estas experiencias son las que de alguna forma nutren su pensamiento político-filosófico y lo constituyen en un hombre de ideas, “el máximo creador intelectual de la nacionalidad nicaragüense”[1]

 
Sandino regresa a Nicaragua en 1926, año en el que se integra a la lucha constitucionalista que ya estaba tomando auge, y participa activamente en la causa de los obreros y campesinos del norte del país. La guerra constitucionalista (1926-1927) serán los antecedentes inmediatos a la guerra del ejército defensor de la soberanía nacional. Conformando de esta manera un ejército o más bien el pueblo en armas, liderado por el mismo Sandino, el cual tenía las intenciones de sacar del país las tropas norteamericanas, las que habían intervenido por segunda vez el país, bajo el consentimiento del presidente Adolfo Díaz.

El 2 de septiembre de 1927 se constituyó oficialmente el EDSNN para una lucha más radical contra liberales, conservadores y marines. Una pequeña fuerza militar que inició la guerra de guerrillas dirigida por el General Augusto C. Sandino, caracterizada como una guerra popular antiintervencionista y antiimperialista (Barbosa, 2007: 42).

Este pequeño ejército que no contaba con más de 200 hombres en sus inicios, llegó a alcanzar una composición de almenos 6,000 hombres. Estaba basado en un sólido apoyo de los campesinos de la zona, quienes proporcionaban información eficaz sobre el enemigo. Sandino, durante este periodo logró articular una guerrilla más o menos disciplinada y preparada ideológicamente bajo los principios de antiimperialismo y de soberania nacional, influenciado fuertemente por la gesta de Benjamín Zeledón, quien lo marcó de por vida con su muerte. Asi pues, la eficacia de este ejército se puede explicar con las siguientes palabras:

Desde el aspecto táctico se desarrolló el hostigamiento, el aniquilamiento parcial, las emboscadas, las acciones de defensa activa y ofensiva, las batallas de gran envergadura, la toma de poblados, la resistencia de cercos, la utilización de estratagemas, las acciones relámpagos de guerrilleros de medio tiempo y las formas insurreccionales con participación de la población (Barbosa, 2007:44).

En 1927, el entonces presidente de Estados unidos, Coolidge, pide a su amigo personal, el señor Henry Stimson, arreglar la situación del país a cualquier precio, y el 04 de mayo logra entrevistarse en villa Tipitapa con el general Moncada, quien estaba aliado con el ejército de Sandino. Stimson le propuso a Moncada, dos alternativas, un armisticio y la continuidad de las tropas estadounidense en el país, así como la del presidente Díaz,  a cambio de que en el próximo mandato (1928) Moncada podría ser presidente, o bien, le quedaba la opción de hacerle frente a las tropas marines, quienes arremeterían contra los rebeldes para desarmarlos de manera violenta (Ramírez, 1984:41).

Como era de esperarse, Sandino se negó rotundamente a este pacto (El espino Negro) y para él, el día 04 de mayo sería reconocido como dia de la dignidad Nacional. En el que defiende el orgullo y la plena soberanía del pueblo, lo que no pudo ser explicado de otra manera, a como lo dejó escrito el propio Sandino en Todos menos uno, (mayo 1927) : 

El 4 de mayo debe ser, efectivamente, día de fiesta Nacional, no porque en ese día Moncada haya vendido al Ejército Liberal, del cual era General en Jefe, como a una partida de bestias; debe ser fiesta Nacional porque ese fue el día en que Nicaragua probó ante el mundo que su honor Nacional no se humilla; que le quedan todavía hijos que ofrendarían su sangre para lavar las mancha que sobre ella puedan echar los traidores (Sandino, 2014: 19).

Se incia de esta manera, una lucha inclaudicable por la libertad nacional, la misma que le cobraría la vida. En 1929, Sandino decide salir del país hacia México, en donde pide apoyo al presidente Emilio Portes Gil, para su causa. En 1930 regresa a Nicaragua para darle continuidad a la resistencia y en 1931 escribe su manifiesto luz y verdad, del que llaman la atención las siguientes palabras:

Que los pueblos oprimidos romperán las cadenas de la humillación, con que nos han querido tener postergados los imperialistas de la tierra. Las trompetas que se oirán van a ser los clarines de guerra, entonando los himnos de la libertad de los pueblos oprimidos contra de la injusticia de los opresores[2] (Sandino A. C., 2019).

En dicho manifiesto el Gral. Sandino demuestra su profundo sentido de desprecio hacia la opresión que imponen los países poderosos del mundo a los más pequeños, pero también, refleja su sentimiento ferviente anti-imperialista y con ello el deseo defender hasta el último minuto la soberanía y la dignidad nacional, comprendiendo que es el pueblo el único que puede liberarse a sí mismo.
Acercándose a su muerte, el 01 de enero de 1933, Sandino logra expulsar a los marines norteamericanos de Nicaragua y firma un tratado de paz, pues para él su objetivo se había cumplido, liberar al país de la intervención y demostrar que ante todo ese era su único fin, demostrar que Nicaragua debía ser soberana, no violada ni vendida, reflejando el sentido ético de su lucha, su congruencia y coherencia en sus acciones e ideales políticos totalmente opuestos a quienes le asesinaron.
El pensamiento de Sandino debe ser considerado como un continuum de su predecesor Zeledón. Así lo manifestaría Sandino en 1933 en su “Manifiesto a los Pueblos de la Tierra y en particular al de Nicaragua”, en el que escribía:

“Hubo la revolución de 1912 que culminó con el asesinato del invicto y glorioso general Benjamín Zeledón. Era yo un muchacho de 17 años y presencié el destace de nicaragüenses en Masaya y en otros lugares de la República, por fuerzas filibusteras norteamericanas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín Zeledón, quien fue sepultado en Catarina, pueblo vecino al mío. La muerte de Zeledón me dio la clave de nuestra situación nacional frente al filibusterismo; por esa razón la guerra en que hemos estado empeñados, la consideramos una continuación de aquélla” (Sandino citado en Morgan, 2013:29).
En ese sentido, como lo señalan Molina & Barberousse, (2012: 23) “La esencia del pensamiento de Sandino es el nacionalismo, el cual deriva de su práctica política”, siendo la defensa de la soberanía nacional al igual que Benjamín el motor de su lucha y tampoco se puede obviar que Sandino con tanta claridad y compresión del proceso histórico, acogió el sentimiento de los pueblos indígenas, quienes ya, años anteriores demostraron tener un hondo sentimiento de libertad, al plantar resistencia a los conquistadores españoles.

 Sus principios nacionalistas eran también una consigna en contra de todos aquellos consideradas por él traidores de la patria, en ese sentido, sus acciones eran congruentes con sus palabras y representaban la dignidad del pueblo oprimido y empobrecido.

“Por consiguiente, y viendo que los Estados Unidos de Norte América, con el único derecho que les da la fuerza bruta, pretenden privarnos de nuestra patria y de nuestra libertad.” Más adelante agrega: “Permanecer inactivo o indiferente, como la mayoría de mis conciudadanos, seria sumarme a la grosera muchedumbre de mercaderes patricidas” (Sandino A. , 2014:08) (Fragmento del escrito dirigido a Froylan Turcios, Amo la justica y por ella voy al sacrificio, 1928).

DARÍO Y SANDINO / Víctor Selva Gutiérrez | Sandino
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Así mismo, su patriotismo puede ser analizado en la siguiente cita, retomada de una carta dirigida al almirante Seller en 1929: “desconociendo en absoluto toda intromisión del gobierno de usted en los asuntos interiores de nuestra nación, y demostrando que la soberanía de un pueblo no se discute, sino que se defiende con las armas en la mano (Sandino A. , 2014:29). De las frases sombreadas en negritas, se pueden evidenciar los elementos ideológicos  heredados de Zeledón, que son principios transversales y representativos de Sandino: anti-intervencionista, nacionalismo patriótico, anti-imperialista y defensa de la soberanía nacional como fin primero y último. 

Sin embargo, estos intereses se expresan de manera más clara en palabras del mismo hombre que procuró en todo momento transformar la realidad de la cultura política de la clase oligarca nicaragüense. “El amor a mi patria, lo he puesto sobre todos los amores, y tú debes convencerte de que para ser feliz, para que seamos felices, es menester que el sol de la libertad brille en nuestra patria” (Carta a Blanca Arauz, octubre de 1927, Sandino A. , 2014: 43). De esto, se puede entender que el amor a la patria sobrepasa cualquier deseo personal, ya que la necesidad de liberar a Nicaragua de las intervenciones estadounidenses significa dignificar la soberania, Sandino con ello hace uso de la explicación teórica del imperialismo como fenómeno político en Nicaragua y latinoamerica si se quiere ver en  terminos más amplios.

Por otro lado, el planteamiento de definir el rumbo del país por los mismos nicaragüenses, el deseo de despojarse de toda imposición y dominio tanto político, económico, geográfico y cultural, fueron las motivaciones mas profundas de Sandino, quedando manifiestas en las siguentes palabras:

No creo por demás manifestarle, que las vidas y propiedades extranjeras quedarán garantizadas por nosotros, los nicaragüenses, que por fuerzas de Gobiernos extraños; porque toda intromisión extranjera en nuestros asuntos, sólo trae la pérdida de la paz y la ira del pueblo (Sandino A. , 2014:30).

Todo lo anterior representa la formación y maduración política-ideológica de Sandino, la misma que ha tenido un largo proceso de construcción y que en parte le sirvió de determinación para alcanzar la victoria de la dignidad  no solo nacional, sino que también hispanoamericana, representando la negación histórica al entreguismo nefasto y servil de la clase política patriotera y de las constantes intromisiones extranjeras. 

Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son alma y nervio de la Raza, y que hemos vivido postergados, a merced de los desvergonzados sicarios que ayudaron a incubar el crimen de alta traición, mostrándose indiferentes al dolor y la miseria del liberalismo, al cual perseguían encarnizadamente, como si no fuéramos de una misma Nación. (Sandino A. , 2014: 23, Fragmento del Manifiesto de San Albino, 1927).

La guerra de liberacion nacional, fue entonces, una lucha justificada por los más altos sentmientos de dignidad, autonomismo, patriotismo, rebeldía y coraje. Esto representó la lucha de todo un pueblo y fue Sandino quien supo darle una ubicuidad en todo el territorio, asi como un lugar en la historia a los campesinos, a los obreros explotados y excluidos del sistema capitalista, que pone al capital por encima del trabajo. Supo tambien, manifestar de la manera más honrosa sus ideales,  a través de sus acciones, plantándole cara al poderoso Estados Unidos del Norte, quien jamás pensó ser derrotado por “indios” campesinos o “vandoleros” a como le llamaban al ejército de Sandino.

Ahora bien, su profundo sentido antiimperialista no puede ser comprendido como una idea desconectada de la realidad, ya que este se sustentaba de unas realidades históricas concretas que han marcado al país, su conceptualización de dignidad nacional es fruto de dichas reflexiones que de manera pertinente explicaban el contexto social de Nicaragua, Sandino incluso aporta valores al sistema de creencias de nuestra sociedad, en el sentido de que hoy, todo ciudadano comprometido con su patria no duda de la importancia de defender nuestra soberania con dignidad.

Reflexiones Finales

Finalmente, se puede decir que, del ideario de Zeledón y Sandino se crea una articulación y maduración del pensamiento político nicaragüense desde una visión nacionalista, pudiéndose decir que ambos héroes constituyeron una simbiosis ideológica, que se engloba en un Nacionalismo Patriótico y Anti-imperialista. Sentimiento fundante de toda una tradición histórica, la cual honrosamente, ha sido revivida en años recientes como un ideal de Nación.

Ambas perspectivas representan lo que hoy llamamos Soberanía y Dignidad Nacional, pero no como conceptos llanos y vacíos de la teoría metafísica, sino como parte de un proceso de construcción histórica y dialéctica.  Del pensamiento de estas dos figuras, también se desprenden otros elementos de gran valor en la actualidad, el humanismo, la justica, la paz y la libertad; permaneciendo vigentes en el tiempo y que se perpetúan por su significación y sentido común. Lo que nos da para reflexionar sobre los procesos actuales que atraviesa nuestro país, ya que el enemigo sigue siendo el mismo, la dignidad de estos hombres y mujeres representó y representan la dignidad de la patria, Nicaragua.

Bibliografía

Barbosa, F. (2007). sintesis de la Historia Militar de Nicaragua. Managua: ARDISA.
Molina, R., & Barberousse, P. (2012). Reflexiones en torno al pensamiento de Agusto C. Sandino. REBELA, 19-29.
Morgan, A. (2003). Breve Biografía de Zeledón. Temas Nicaraguenses, 23-30.
Ramírez, S. (1984). Agusto C . Sandino, el pensamiento vivo. Managua: Nueva Nicaragua.
Rivera, J. (2013). ULTRAJARON NUESTRA SOBERANÍA y ASESINARON A NUESTROS HEROES. Temas Nicaraguenses, una revista dedicada a documentar asuntos referentes a Nicaragua, 7-11.
Sandino, A. (2014). Historia de la Defensa por la soberania Naciona, contada por Sandino. Managua: Alcaldia de Managua.
Sandino, A. C. (15 de Febrero de 2019). La Barricada. Obtenido de Manifiesto Luz y Verdad: destruir la injusticia y romper las cadenas de la humillación: https://barricada.com.ni/sandino-manifiesto-luz-y-verdad-destruir-la-injusticia-y-romper-las-cadenas-de-la-humillacion/





[1] Frase tomada del escritor Jorge eduardo Arellano, en su ensayo: Bosquejo ideológico de Augusto Sandino.
[2] Fragmento extraído del manifiesto escrito por Sandino en 1931 y que fue publicado recientemente por Stella Merlos (2019) en el webside de Barricada: https://barricada.com.ni/sandino-manifiesto-luz-y-verdad-destruir-la-injusticia-y-romper-las-cadenas-de-la-humillacion/

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