Maquiavelo: la política, el poder y la moral


 *Erick Steven Aguilera 
*Estudiante de II año de Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, UNAN-Managua.
Introducción 


El Príncipe - Alianza Editorial
Tomado de: https://images.app.goo.gl/yZro2H5yue7P2WHa7
El príncipe de Nicolás Maquiavelo fue escrito en el siglo XVI, escrita por un diplomático y teórico político italiano, es una especie de catálogo o tratado político, que se puede clasificar como una guiatura para príncipes con el fin de crear un formulario teórico acertado para obtener, sostener y manejar el poder en un principado.

Con una pluma distintiva, seca firme y directa lo cual le dio un realce superior a las demás guías de poder escritas previamente, escrita bajo la tutela clericó-feudal, paso por diversas revisiones para ser finalmente publicada cinco años luego de la muerte de Nicolás, autorizada por el papa Clemente VII.

Figura como una obra de filosofía política moderna, precursora de las connotaciones negativas actuales de lo que es política y lo que es un político, diversas percepciones del lector, realista, malversadas, correctas, condicionadas; trataremos de explicar por qué tanta polaridad en este texto.

Para poder adentrarse en un análisis crítico, sobre la instrucción teórica de Nicolás Maquiavelo debemos analizar en qué contexto fue escrita, Nicolás se encontraba viviendo en una Italia fragmentada en principados dispersos con conflictos de poder entre ellos y con los mismos problemas internos, esta problemática colocaba a Italia muy vulnerables ante las crecientes potencias y ya en ese entonces muy poderos monarquía española y el reino francés.

El libro es escrito con fines contributivos a la gestión de Lorenzo Di Medici en plenas glorias del principado florentino, La teoría y metodología de Maquiavelo establecía que la forma más viable para que Italia volviese a tener un respeto exterior y fortaleza política era necesario un gobernante unificador e imponente, basándose y añorando el regreso de los viejos triunfos del imperio romano.

De aquí partió Maquiavelo con un solo objetivo, que su receptor de primordial (Lorenzo de Medici) volviera a Florencia la principal ciudad-estado de Italia subordinando a los demás principados que constituían la península itálica, expulsar y prevenir invasiones presentes y venideras, Se dio a la tarea de estudiar los métodos empleados por mandatarios exitosos que lograron llegar al poder y prolongarse en él; Sin olvidar la parte antagónica y qué acciones pueden alejarte del poder y cuáles pueden convertir tu estadía en un proceso efímero.

Para esto Maquiavelo se despega de la utopía política antigua, por el simple hecho de que su obra tiene como objetivo un triunfo político, no una aceptación popular, se desliga de la pluma prudente y decorosa con la que se abordaba la política y decide realizar una obra metódica, ajena a usar criterio mágico, apoya sus teorias en hechos reales, hombres reales, pueblos reales y diversos acontecimientos para ejemplificar sus argumentos.

Asume que en un proyecto de obtención de dominio y poder, la moral es subjetiva, solamente productiva como un elemento de utilidad limitada al contexto discursivo, ya que no corresponde a los patrones de conductas generales ni de un pueblo, ni de un gobernante. Y que el comportamiento en el ejercicio de poder y en el ejercicio moral no va de la mano, e insta a usar la moral como principal maquillaje público.

Realiza una dicotomía entre emplear una teoría de juicio moral y un planteamiento de estratégico, dicha acción le permite establecer con claridad y libertad como deben ser enfrentadas las diversas situaciones y las cuales tendrán contextos dispersos, por lo cual, la capacidad de modular acciones y poseer un rol polifacético le permitirá al gobernante tener nociones más clarividentes para dar solución a los conflictos. Dejando claro que todo debe ser congruente al principal objetivo que es conservar el poder.

Un político no debe limitar su actuar a lo moral o inmoral ya que la moral es ambigua, debe regir su gestión bajo el pragmatismo y la conveniencia utilizando la divinidad religiosa como investidura con el fin de resaltar como un hombre dotado de capacidades que le otorga una deidad, pero dentro de esta vestimenta debe ser lo más humano posible; Mezquino, autócrata, oportunista y egoísta, siendo un arte totalmente consecuente a la época clásica y renacentista.

Aconseja establecer una distinción entre una amistad y una alianza, siendo esta ultima la mejor opción para ejercer el poder, ya que, la alianza se concibe bajo un concepto de compromiso y de intercambio de intereses; pues su aliado perderá todos los beneficios si le traiciona, y las anomalías realizadas por su aliado ya no serán tapadas por la sombra de su protección lo cual le permite, aparentar y solo aparentar que el aliado si es prescindible. Y el poder y su magnificencia no.

Establece que la praxis política debe tener autonomía moral y clerical, sin faltar el respeto a la última. Pese de proceder de una familia de güelfos, partido político al cual pertenecían los papas, establece que no se debe otorgar ningún tipo de protagonismo políticos a los entes eclesiásticos ya que su fuerza popular, sustentada por el temor a Dios y bajo la percepción popular que ellos son su imagen terrenal expandirían y explotarían fácilmente dicha dosis de poder.

Ser amado o ser temido


Hernán Cortés sin su Maquiavelo | Nexos
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Ser temido o ser amado es quizás la frase más icónica del libro donde Maquiavelo asume de que el causar temor es mucho más productivo que causar estima, pues quien teme, teme por sus intereses y siempre será consciente de que si irrespeta al gobernante esté no tendrá por qué respetarle a él. Este temor se obtendrá siempre y cuando la reacción ante cualquier ofensa sea aplacada y castigada de manera inmediata y con rigor, puesto que le dará una imagen determinante y tenaz. 

A diferencia del amor que bien puede ser momentáneo y lo amaran mientras no aparezca alguien más amable, la manera de medir dicha emoción dependerá de la caridad del príncipe, pero el ser amado no le dará ninguna certeza mucho menos garantías de éxitos y puede ser en muchas ocasiones un fin frustrante y todo lo ofrecido para conseguir el amor de su pueblo una inversión sin ningún tipo de frutos. No tiene por qué hacerse amar, no tiene por qué hacerse odiar, su deber es hacerse respetar.

Si bien el respeto es un ¨ Valor moral¨ la obtención de esté no debe ser precisamente de concepto moral, un gobernante deberá ser radical y si necesita utilizar métodos coercitivos debe utilizarlos pues tanto su pueblo como sus enemigos externos lo tendrán como un hombre temerario, lo pondrá ante su pueblo como un protector y ante sus rivales como alguien con quien deben evitar cualquier confrontación.

Reflexiones finales 

La concepción de Maquiavelo como un hombre amoral es bastante lejana a la realidad, Pues exactamente eso es lo que Maquiavelo es, un hombre realista que simplemente estableció que la práctica política es capaz de subordinar a la moral y darle una utilidad a su conveniencia, dando luz a un pragmatismo innovador para la época y sin necesidad de ser una obra poética o artística es totalmente congruente al movimiento renacentista. 

El príncipe no fue una obra realizada con objetivos maravillosos o poéticos; fue una obra abocada a contribuir en un proyecto que pretendía el éxito político, por ende, posee una pluma ligera, veraz y certera para que su mensaje sea lo más claro e interpretable posible, se deprende de las lentejuelas didácticas y de los cánones morales para dar a luz a la concepción política moderna de la actualidad; Remplazando la elegancia por efectividad y eficacia. 

Lo que convierte a El Príncipe en una obra innovadora desde mi punto de vista es, la capacidad de Nicolás Maquiavelo de sustentar cada una de sus conclusiones y conjeturas con hechos históricos detallando qué se hizo y qué no se hizo para adquirir el poder y que se hizo y no se hizo para perderlo, logrando ejemplificar modelos de gobierno defectuosos y virtuosos para obtener clarividencia en la toma de decisiones. 

Maquiavelo no es el culpable que los anteriores personajes que abordaron el tema presentasen juicios utópicos donde imperaba la rectitud siendo esta última característica contradictoria al comportamiento del hombre, no es culpa de Nicolás que veamos con desprecio la realidad de nuestra conducta y nuestra escasa habilidad para hacer autocrítica Y no toleremos el reflejo de nuestro actuar.

Comentarios

  1. Muy bueno el análisis, pero se debió haber usado más fuentes bibliográficas para argumentos más rígidos.

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  2. Me parece un buen análisis. Es importante empezar a repensar a los clásicos, muchas veces sus postulados son profanados y modificados en conveniencia de quien los lee.

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