Reflexiones sobre la teoría del Estado en Gramci y la teoría del poder en Hannah Arend
*Jennifer
Paola López Fletes
* Estudiante de IV año de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNAN, Managua
Introducción
Tomada de K-ntra kultura: https://images.app.goo.gl/PZNf6R5PAGKEkNi8A |
El presente escrito, está dividido en dos secciones, el primer apartado tiene como objetivo analizar los postulados de dos importantes intelectuales como lo es Antonio Gramci y Hannah Arendt, se realizarán reflexiones críticas sobre los términos empleados por ambos, por último, se determinará si sus razonamientos poseen vigencia en nuestros días. En este trabajo se aplicó la revisión documental para lograr un análisis de tipo descriptivo-analítico entre las teorías.
El
primer aporte de Gramci a edades tempranas sobre el término de Estado lo caracterizó como mero
instrumento de la clase dominante, que lo toma y usa como tal, entendido como
el espacio donde la clase dominante se unifica y constituye para materializar
su dominación no solamente mediante la fuerza, sino por una la complejidad de
mecanismos que garantizan el consentimiento de las clases subalternas.
El
objeto de estudio es hasta cierto punto muy interesante, puesto que la
concepción de Estado desde la perspectiva de Gramci tenía impregnado un sentido
psicológico que ejercen sobre las masas las clases dominantes, el uso de
mecanismos de movilización ideológica, la utilización del poder carismático, la
implementación de políticas sociales como el aumento de salarios constituían
estrategias bien implementadas por las personas que ostentaban el poder y su
cúpula dominante.
El
Estado en ese periodo era un aparato viciado, con una aparente fachada de
democracia, de elección manipulada, de representación de intereses sectoriales
de clases influyentes. La línea de pensamiento de Gramci suponía la evolución
del Estado, la apertura de nuevas formas de gobernar, la aplicación de nuevas
tendencias políticas institucionales adecuadas en respuesta a la sociedad de
ese periodo.
En
este sentido, Gramci realiza un invaluable aporte para entender la complejidad
de la dominación burguesa en las sociedades del capitalismo desarrollado, la
relación que emplea este, entre coerción y consenso, entre hegemonía y
dominación, ligadas a las bases de materiales de producción y reproducción de
la vida social.
En
este aspecto, Macciochi (1974) sostiene que Gramci proponía la construcción de
un Estado nuevo, proletario con tendencias socialistas que posea
características determinantes; el Estado proletario no es la seudo democracia
burguesa, forma hipócrita de la dominación oligárquica financiera, sino la
democracia proletaria que emancipara a las masas trabajadoras; no el parlamento
sino el autogobierno de las masas a través de su propio sistema de
representación. La forma más concreta del Estado es el poder de los concejos y
de las organizaciones del mismo tipo (p158).
En
este sentido se buscaba la activación de las sociedades, la participación, el
ejercicio de cuestionar lo que ya estaba establecido y normado en la sociedad.
Un despabilamiento de la clase trabajadora, la reivindicación de sus derechos
sociales, la fuerza de un colectivo comprometido en cambiar la estructura.
Gramci
(1971) divide el Estado en dos grandes superestructuras: la sociedad civil. Que constituye el
momento de la hegemonía o del consenso, y la sociedad política, que constituye el momento de la fuerza, de la
coerción y dominación, considerada en su sentido estricto de acuerdo con la
concepción tradicional del Estado, como máquina para la opresión de una clase
sobre las otras.
En
consecuencia de esta división se crean dos grupos de influencia y poder en la
sociedad de ese periodo y desde luego sobresale términos como consenso y
fuerza. De esta manera se entiende la perspectiva del autor y la línea tan
clara de dominación que el Estado representa.
¿Qué es el Poder?
Para
comprender el concepto de poder es necesario realizar una diferenciación entre
algunos de los sinónimos que erróneamente empleamos para describirlo, pese a
que no tienen el mismo significado, de tal manera que poder no es sinónimo de
coerción o violencia, resulta necesario definir sus conceptos y así evitar la confusión
o el mal empleo del termino en cuestión.
Entendiendo
al concepto de violencia como un instrumento o recurso equivalente al hecho
físico o al empleo de la fuerza. Es por ello un concepto más simple y fácil de
comprender. En cambio el término de coerción es aquella acción en la que se
hace uso de la violencia o fuerza, se refieren a la idea de la modificación de
la conducta que se halla sometido a la amenaza de sufrir una pérdida.
Para
Arendt en el escrito titulado: La
condición humana (1998), el poder no es un fenómeno natural o una
manifestación del proceso de la vida, más bien pertenece al terreno de los
asuntos humanos, de lo político, cuya especificidad está garantizada por la
facultad de la acción del hombre que inicia algo nuevo (p182).
Define
como poder a la capacidad que puede asumir un grupo que desee generar libertad
para una mayor felicidad pública. Por ello, el poder requiere de la condición
humana de pluralidad, el actuar y hablar juntos, que es la condición de todas
las formas de organización política.
Es
por ello que el poder desde la perspectiva de Arendt en síntesis pertenece a un
grupo y en ese grupo actúa en nombre de todos, lo cual resulta que es consenso
entre todas las personas. Utiliza al poder con un sentido positivo como
mecanismo de consenso, hasta cierto punto de socialización entre individuos,
este término no es satanizado en ninguno de sus aportes.
Podemos
considerar al poder como la imposición coactiva de la voluntad de un actor
individual o colectivo, sobre otro autor, sujeto o agente. El poder es una
relación social y no simple cualidad o atributo de un ente individualmente
considerado. En este hay una voluntad que se proyecta y otra que es subyugada o
negada, se trata entonces de una relación simétrica de mando- obediencia, en
este hay una aceptación de su condición de dominación al que obedece y no hay
una resistencia ante ello.
Conclusiones
Para
concluir se afirma que no cabe duda que los aportes de Gramci han contribuido
como un instrumento teórico fundamental en la actualidad para comprender
claramente los problemas complejos y urgentes de la dominación y emancipación de
las clases oprimidas.
No
solo la teoría del Estado es muy importante, sino el legado completo
intelectual para la reconstrucción de un concepto de cultura que nos permita comprender
las formas modernas de dominación. Constituye y nutre desde su línea teórica al
partido comunista en Italia y de otros líderes marxistas, traza las
perspectivas de los movimientos
emancipadores de los trabajadores, siendo este un antecedente teórico, la
estrategia política gramciana de consenso entre los obreros, crea la relación
de democracia y socialismo en libertad.
Este
concepto se adecuaba y respondía al contexto en el que Gramci vivía, pero en la
actualidad considero que el estado no es solamente dominación, sino que juega
un rol preponderante en la sociedad, puesto que este es un instrumento de
regulación, de administración de recursos en busca del bienestar común en un
sentido positivista.
Por
otra parte, el bagaje teórico que nos brindó a lo largo de su vida Arendt
consistió en la defensa del concepto de pluralismo en el ámbito político, la
cual generó el potencial de una libertad e igualdad política entre las
personas. La importancia de la inclusión del otro, la preferencia a la forma de
democracia directa y sus críticas a la misma fueron un avance en el campo de la
teoría política y la teoría del totalitarismo, elementos de debates académicos
entre grandes pensadores.
Entonces
dicho lo anterior, solo resta aclarar que estos dos autores poseen vigencia y sirven
de referente histórico-teórico para entender las distintas etapas y modelos en
la sociedad moderna. Pese a que hubiera sido más provechoso escuchar de Arendt
otro enfoque que no fuera tan positivista con respecto al poder, hubiera
definido aún mejor esta concepción.
Bibliografía
Arendt, H, (1954-1996). Entre el
pasado y el futuro. Barcelona. Edición península.
Buci G. (1975) Pasado y Presente.
García, D., & Wacher, C. (2010).
Hannah Arend la vigencia de un pensamiento. Enfoques,
3, 11-30.
Gramci, A. (1971) A. Passato e
Presente. Roma: Editorial Reuniti.
Gramci, A. (1972). Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y
sobre el Estado moderno. Buenos Aires: Ed. Nueva Visión.
Hannah Arendt (1995). De la historia
a la acción (M. Cruz. comp). Barcelona, Edit. Paidós, Barcelona.
Lenin. (1997). El estado y la revolución. Madrid: Fundación Federico Engels.
Perry, A (1981). Las antinomias de Gramci. Barcelona: Editorial Fontamara.
Excelente.
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