Reflexiones sobre el Futuro de América Latina y el Caribe
Josseline Muñoz
*Estudiante de IV año de Ciencia ´Política y Relaciones Internacionales.
Introducción
Tomada de: https://images.app.goo.gl/LzPdxFkZjHcXFpNy5 |
Se ha abordado de forma general aspectos
políticos y económicos, haciendo mayor énfasis en algunos países más que en
otros, por considerar de relevancia los presentes acontecimientos
sociopolíticos en América Latina. Así mismo, se trata de abordar los
movimientos sociales más acuciantes desde una visión crítica, puesto que han
demostrado tener un posicionamiento clave en la agenda pública, como lo ha sido
el feminismo. Por último, se dejarán planteadas las reflexiones finales.
Reflexiones
sobre el futuro de América Latina y el Caribe[1]
Plantearse
hablar del futuro resulta complejo y amplio, hablar del futuro es también
hablar de incertidumbres. En América Latina y el caribe (ALC), se han
experimentado fuertes oleadas de cambios de gobiernos y con ello, cambios de
proyectos nacionales y de programas gubernamentales, así como fuertes oleadas
de manifestaciones que se han agudizado cada día más. Por ello, resulta
interesante repensar la efectividad de los partidos tradicionales, o su
legitimidad ante las nuevas demandas sociales, ya que los recientes problemas
de gobernabilidad que se han manifestado en los países de ALC, parecen
demostrar un hartazgo social, tanto en gobiernos de derecha, como de izquierda.
Esto abre espacio a reflexiones sobre la gestación de nuevos mecanismos de
participación ciudadana y en la posibilidad de que surjan nuevas fuerzas
políticas, diferentes a las tradicionales corrientes de pensamiento político.
En perspectiva histórica de las últimas dos
décadas, se puede notar las grandes contradicciones ideológicas que han
gobernado la región, pero lo que sí ha quedado más evidente es un plan fallido
en la implementación de políticas neoliberales; demostrando que la sociedad
latinoamericana no está en condiciones culturales, ni políticas y económicas de
asumir modelos de desarrollo que promueven las privatizaciones al sector
público como medida de reorganización del
sistema económico y fiscal tomando en cuenta la persistencia de problemas
estructurales, como la repartición de la riquezas y la generación de la misma.
El ejemplo más claro, actualmente es el
caso de Chile, considerado el “oasis” de América del sur, que en palabras del presidente Sebastián Piñera el pasado 09 de octubre del 2019: “nuestro
país es un verdadero oasis […] dentro de una América Latina convulsionada”,
(Sánchez, 2020), pero que luego catalogó la situación como un estado de “Guerra
contra un enemigo poderoso” (¿La ciudadanía?). Esto se debe
en gran medida, al descontento social que tiene como núcleo factores de
organización y distribución, ligados estrechamente al modelo económico neoliberal
implementado, un modelo que desde los organismos financieros
multilaterales (FMI, BM y BID) lo han avalado como funcional y rentable, se debe comprender que el crecimiento económico no equivale a
bienestar social, ya que el aumento del PIB no siempre tiene influencias
directas en las variables que contribuyen a la mejora de la calidad de vida de
las personas.
En este sentido, se puede considerar que
los modelos fundamentalmente economicista, en una región tan desigual, han
generado un incremento en las brechas sociales, que parecieran nunca cerrarse.
Pero tampoco, se puede dejar de mencionar la década de constante expansión y
desarrollo, tanto social como económica en la región, con los gobiernos
populares de centroizquierda e izquierda, desde el año 2003 al 2016, que
mostraron un comportamiento favorable para las clases más desfavorecidas, con
la implementación de políticas sociales que contribuyeron a la disminución de
la pobreza y pobreza extrema en la región, así como al desarrollo humano.
No obstante, en este caso el problema que
es punto de reflexión; parafraseando al ex vicepresidente de Bolivia Álvaro
García Linera, es la incapacidad que tuvieron los gobiernos populares o
progresistas en penetrar en el tejido político-cultural de las sociedades, para
construir a un sujeto revolucionario, que pudiese sostener a largo plazo el
proyecto político de la Izquierda, que tampoco es homogénea a nivel regional,
pero que sí encuentra su punto de unión en la forma de administrar al Estado (mayor regulación)
y la implementación de políticas sociales.
Este mismo reto incumplido, fue en muchos
de los estados un factor interno que hizo declinar la oleada izquierdista. Pero,
ahora también resulta que el repunte del centro derecha ha recaído en un
panorama de incertidumbre, las movilizaciones sociales están exigiendo "democracia" y mayor acceso a las oportunidades, para Grynspan (2019:56) la
generación del presente está juzgando a la democracia por sus resultados y no
por sus valores intrínsecos como lo hicieron la generación del siglo XX. En ese
sentido, se puede decir que también se experimentará un proceso de re
conceptualización de la democracia, ahora es una palabra que se perfila desde
una explicación multidimensional y que
no se limita al sistema electoral.
Así mismo, se puede evidenciar que el
problema también radica en un relevo generacional urgente, donde se está
empezando a estructurar un sistema cultural, que lleva por valor y principio la
inclusión de todos los sectores. En otra perspectiva, a nivel sociodemográfico,
un problema a futuro que enfrentará ALC, es el de las pensiones, ya que pese a
tener a una sociedad muy joven, también tenemos una población envejecida como
nunca antes y si a esto le sumamos el problema del desempleo, significa una
amenaza mucho mayor para las generaciones jóvenes en un futuro, por lo que es
importante no dejar de pensar en ese escenario. (Grynspan, 2019). Que incluso
ya es evidente en muchos países de la región (Nicaragua, Chile, Ecuador, Costa
Rica, recientemente en el Salvador con poblaciones jóvenes transitivas).
Mientras que por otro lado, la sociedad conservadora
inicia un proceso dogmático, cobijado por valores socialcristianos. Siendo así,
se puede decir que se acerca un fuerte enfrentamiento, que ya es evidente entre
las religiones o el sectarismo (protestantes evangélicos y católicos), por imponer un orden social
teocrático, tratando de introducir rituales religiosos en el sistema político, como ha sido el caso de Bolivia con el nuevo gobierno autoproclamado tras el golpe de Estado militar al presidente Evo Morales; y el caso de Brasil con la llegada de Jair Bolsonaro.
Emergencia de movimientos hegemónicos.
Otro elemento que resulta de importancia,
es pensar en el rol de los movimientos sociales dentro de la estructuración o
mantención del status quo, teniendo en América del sur una fuerte presencia el
feminismo, sin embargo, éste a la larga puede tomar un postura muy dogmática y
radical en su afán por imponerse dentro de la agenda pública, enfrentándose a
la crítica de ser un movimiento hegemónico, que se adjunta la representación de
todas las mujeres (pero no todas se identifican con este) y que además presenta
matices occidentales; un movimiento feminista que ha estructurado su discurso
sobre las bases de la confrontación entre géneros e invisibiliza otros
feminismos como el indígena, africano o comunitario.
Este
movimiento ha politizado la emancipación de una mujer urbana y liberal,
aislando otros sistemas de dominación étnica, racial, de clase o religiosa. Así
lo manifiesta Iturbide, (2018): “Dicho
pensamiento no sólo invisibiliza las diversidades de los feminismos en el
mundo, sino que tampoco cuestiona las historias que han instalado sistemas
coloniales y capitalistas que se desarrollan junto al patriarcado como sistemas
de opresión y desigualdad” (30).
En
este sentido, pensar en ALC con este tipo de movimiento en ascenso, significa
la instauración de un sistema sociopolítico que perpetúa un patrón excluyente y
discriminatorio, pero sobre todo, violento con el género opuesto, en donde no se
ve la posibilidad de un consenso y lucha compartida. Así mismo se logra
visualizar un feminismo que se traslada de lo privado a la esfera pública, un
feminismo que trata de imponer una cuestión de actitud en las gestiones
públicas, dejando por fuera el análisis balanceado entre hombres y mujeres.
Fenómeno de
personificación política dentro de los partidos modernos.
Retomando el aspecto sobre los partidos
políticos, es muy probable que el control de las movilizaciones sociales y la
participación política sufra un fenómeno de despartidización, para innovar
desde el auge de las redes sociales en una alternativa de democracia
participativa. Teniendo como ejemplo la reciente victoria del presidente
salvadoreño, Bukele, quien optó por presentarse a la presidencia desde el uso
estratégico de las redes masivas de comunicación, lo que representa un repunte
en el manejo de las tecnologías y una obsolescencia del modelo democrático
participativo tradicional.
Según
Grynspan (2019), “algunos números del último Latinobarómetro: sólo el 15% de la
población confía en los partidos políticos, menos de un tercio apoya a las
demás instituciones democráticas, incluidas el Poder Legislativo y Judicial”
(57). Estos datos reafirman la posibilidad de nuevas alternativas de canalizar
y articular las demandas sociales fuera de los actuales sistemas de partidos.
Sino, solo pensemos en el nuevo partido político que intenta articular el
actual presidente de el Salvador “Nuevas Ideas” avizorando como una fuerza
política importante, así mismo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro
promueve su nuevo partido “Alianza por Brasil”, renunciando al partido que lo
llevó a la presidencia.
En
este sentido, resulta interesante pensar en la personificación de los partidos,
en el sentido de que se constituyen a partir de la figura de un sujeto
político, en el que recae toda la atención, su discurso es breve, conciso y
contundente, que ayudado por los mass
media se genera un personaje mediatizado y espectacularizado, ofreciendo
nuevas ideas o reafirmando las más conservadoras. Desde el punto de vista
de Morante,
se puede decir que esto es importante en sociedades como las nuestras donde aún
impera una cultura caudillista ya que:
El líder representa al
partido político porque en su figura se reflejan los valores, motivaciones,
ideales y objetivos que configuran la idiosincrasia propia del partido. En el
líder se ha de ver meridianamente el o los colectivos a los que representa y
por ende, los intereses de éste o éstos (2018: 12).
Esto
entonces, se puede vincular a la idea de que ALC atraviesa por una profunda
renovación cultural tecnológica, es evidente la nueva posibilidad de gestionar movilizaciones
sociales a través de las redes de comunicación, saltando a otras plataformas y
con ello los nuevos actores políticos, así mismo a una reconfiguración de la
disputa del poder, que ya no se encuentra en la manera tradicional de hacer
política, sino en una moderna que se centra en el discurso personal del
político. Tiempos modernos exigen una política moderna.
Otros aspectos considerados
importantes
En
términos sociales, es posible que aún en 10 años más se continúe pensando en cómo
reducir las grandes desigualdades que persisten en la región, parecieran ser
una enfermedad incurable y paradójica, puesto que los recursos naturales con los
que se cuentan podrían hacer una mejora sustantiva, pero la razón de este fenómeno radica en la distribución
de las riquezas, como ya se ha mencionado anteriormente, y en la fragilidad
institucional; por lo que en el futuro este tema debe ser abordado para
gestionar la renovación de un nuevo contrato social más justo, de lo contrario
los problemas que tenemos hoy, seguirán siendo los de mañana y pasado mañana. Es decir, mientras una minoría siga teniendo
el poder económico y político, una mayoría considerable continuará en
situaciones paupérrimas.
De
manera más general, en ALC es probable que se dé una amplia apertura comercial
con el mercado asiático, en vista de que China ahora tiene mayor presencia en
la región, realizando importantes acercamientos a éstos mercados, “el total de
financiamiento para el desarrollo ofrecido por China a la región en la última
década supera el ofrecido por el Banco Mundial o el Banco Interamericano de
Desarrollo” (Nahón, 2019:93).
Por
otro lado, pero en términos diplomáticos se puede decir, desde la perspectiva
del Filósofo Dussel (2019), (en una entrevista brindada en noviembre de 2019), que
Estados Unidos prepara una política exterior más fuerte hacia los países del
sur, en vista de la necesidad de reposicionarse como un líder continental, para
recuperar el poder político y económico que descuidó mientras centró toda su
atención en las guerras de Medio Oriente. De esta manera, recuperaría el
dominio de la región para alcanzar mayor competitividad contra China, que hasta
ahora es su mayor adversario. Evidentemente ALC es un territorio en disputa,
actualmente ha sido notoria la incidencia de EE.UU en la región, en países
como: Nicaragua, Venezuela, México, Salvador, Colombia.
Lo
anterior se fundamenta en estas palabras:
En el documento correspondiente a la Administración
Trump, publicado en diciembre de 2017, se establece de manera explícita que uno
de los objetivos estratégicos de Estados Unidos en nuestra región, a la que llama
el “hemisferio occidental”, es contrapesar y erosionar el avance reciente de
China. En segundo lugar, también se establece el objetivo de limitar la
influencia de Rusia. Estados Unidos identifica a estos dos países como sus
“grandes competidores a nivel internacional”, e identifica a América Latina
como una región donde se despliega esta competencia. (Nahón, 2019: 92).
A
nivel centroamericano, es probable que en países como en Guatemala y Honduras el
descontento social aumente hasta desatar
una movilización mucho más amplia que provoque la ingobernabilidad; en el caso
de Guatemala con la elección de un presidente de corte conservador, es probable
que su política recrudezca aún más las demandas sociales. Puesto que las
últimas crisis presentadas en los países latinoamericanos hace creer que
tenemos una población cada vez menos tolerante a las reformas gubernamentales.
Reflexiones finales
Por
último, se debe considerar importante retomar el análisis crítico hacia el
movimiento feminista, que ha sido un actor clave dentro de los procesos de articulación
de la agenda política en los diferentes gobiernos de la región, lo que a su vez
implica una radicalización y un intento abrupto por cambiar elementos culturales,
pero que a su vez opaca otras formas de opresión tan fuertes como históricas:
de clase, étnica o racial. Por otro lado, vemos un incremento de las políticas
nacionalistas y proteccionistas de EE.UU, que tiene por objetivo radicalizar sus fronteras
territoriales pero incidir en los demás países a través de estrategias
diplomáticas, para recuperar el liderazgo regional.
Además,
el rumbo que están tomando las facciones
inclinadas hacia la derecha, parece ser desolador, ya no convence a los
sectores populares con sus ideas y propuestas, pero sí que está tomando una
actitud dogmática. Y la izquierda, parece que está buscando ampliar su
electorado en coalición con movimientos sociales claves, pareciendo apostar
hacia una reaglutinación del pensamiento progresista como una estrategia política.
Así
mismo, se avizoran tiempos difíciles y de pragmatismo, en términos económicos
para muchos países que buscan un desahogo financiero. Como también procesos de
radicalización ideológica y nuevos procesos socioculturales que ya no pueden
ser explicados con las teorías clásicas de la ciencia política, sino que exigen
una reconstrucción del marco teórico, para explicar las nuevas realidades en una
sociedad influenciada por la revolución tecnológica.
Referencias
Daniel Filmus; Lucila Roso. (2019). Las Sendas
Abiertas en América Latina, Aprendizajes y Desafíos para una nueva agenda de
transformaciones. Buenos Aires: CLACSO.
Dussel,
E. (15 de noviembre de 2019). Golpe de Estado en Bolivia. (C. Aristegui,
Entrevistador)
Editorial.
(13 de mayo de 2019). Otro Régimen de pensiones en problema. La Nación.
Recuperado el 05 de Diciembre de 2019, de
https://www.nacion.com/opinion/editorial/editorial-otro-regimen-de-pensiones-en-problemas/CCSIP2ART5AG5FHUCBOTG5XDVE/story/
Iturbide,
L. (2018). Feminismo Populista en el siglo XXI. CEPAL, 29-36.
Morante,
J. (2018). Estudio del proceso de personificación del Liderazgo en la
comunicación de los partidos políticos PP Y PSOE. Barcelona, España.
Recuperado el 11 de Diciembre de 2019, de
https://repositori.upf.edu/bitstream/handle/10230/35652/Morante_2018.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Nahón,
C. (2019). Hegemonía en disputa e Hiperglobalización. En D. Filmus, & L.
Rosso, Las Sendas Abierta en America Latina (págs. 77-97). Buenos
Aires: CLACSO.
Sánchez,
Á. (14 de Enero de 2020). El oasis chileno era un espejismo. EL PAÍS.
Simoes,
A. (2017). Observatory of Economic Complexity. Obtenido de
https://oec.world/es/profile/country/arg/
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