Entre el hombre y la ciudad ideal, Platón
*Acxel Gómez Mairena
*Estudiante de II año de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNAN, Managua
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Platón es un amante de la justicia y es
precisamente por eso que por medio de su pensamiento quiere idealizar al Estado
perfecto en donde cada sujeto tenga su propio objeto o lugar de trabajo. Cada
individuo debe dedicarse a realizar las cosas para las que está capacitado.
Platón ve al Estado enfermo, es decir, él logra localizar los aspectos que reúnen
la debilidad de cada ciudad en ese momento, aunque hasta cierto punto un
análisis de esa categoría requería métodos bastantes sofisticados por el hecho
de que cada ciudad poseía rasgos propios y diferentes a las demás ciudades. Por
lo tanto, desde ese preámbulo Platón plantea reunirse las pautas necesarias que
permitieran focalizar un Estado perfecto, en otras palabras, él se plantea
construir la medicina que cortase la enfermedad del Estado.
Para ser más preciso, resulta necesario
expresar que en las circunstancias en las que se encontraba Grecia en ese
momento, permitían observar que la situación de cada ciudad y su régimen
político se diferenciaba la una de la otra. Es por eso que Platón logra reducir
esa diversidad de sistemas teniendo la noción evolutiva principalmente en 4
regímenes histórico y fundamentales: Timarquía, Oligarquía, Democracia y
Tiranía. Cada uno de estos regímenes siempre surgía como degeneración del que
le precedía. Por consiguiente, trataré de anteponer mi crítica a esta obra y a sus temas relevantes, como lo es, el Estado ideal, forma de organizarse, la justicia y en todo lo que respecta a su
concepción política.
Ideas sobre la justicia
En primera instancia en el libro La
República se nos muestra una discusión acerca de lo que es la justicia o de
lo que hace justo a los hombres y se da una especie de mayéutica entre Sócrates
y los presentes. Uno de los participantes es Céfalo, el cual afirma que la
justicia consiste en decir siempre la verdad y darle a cada quien lo que le
pertenece. En cambio, Polemarco hijo de Céfalo sostiene que la justicia es
hacer el bien a los amigos y el mal a los enemigos.
Seguidamente Trasímaco afirma que lo justo es
lo que beneficia al más fuerte, y que es mejor hacer el mal que hacer el bien,
pero que, a su vez nadie lo ve tan ventajoso por temor a ser castigados. ´´quienes
reprochan la injusticia, no lo hacen porque teman cometerla, sino por miedo a
sufrirla. Lo justo es lo que conviene al más fuerte y lo injusto, en cambio, lo
conveniente y ventajoso para uno mismo´´. Es decir que, la justicia resulta ser
menos ventajosa que la propia injusticia. Por el contrario, Sócrates tiene la
plena convicción que justo es el que no puede obrar mal a los demás, obviamente
Sócrates distingue a la justicia como sinónimo de sabiduría y virtud, pero a su
vez ocurre todo lo contrario con la injusticia dado que esta es un pleno
reflejo del vicio y la ignorancia.
De acuerdo con el anterior razonamiento, estoy
completamente de acuerdo con que la justicia es virtud y sabiduría, y que en
cambio la injusticia es maldad e ignorancia. Aunque en mi opinión propia, estos
conceptos filosóficos no encuentran un verdadero auge de carácter pragmático en
un orden real o explícito. En este sentido, puedo concordar con lo que afirma
Trasímaco, porque pienso que las cosas injustas moralmente son las que traen
mayor excitación y satisfacción al cuerpo (el hombre es malo por naturaleza).
Pero a causa del bien social el Estado se encarga de crear leyes para imponer
justicia al injusto que rompa con el orden social.
Pero siendo realistas, las
leyes son una telaraña en donde siempre se queda atrapado el zancudo más
pequeño. Por lo tanto, las leyes terminan siendo injustas por el simple hecho
de esparcir justicia al perro más flaco. Visto el asunto desde este ángulo,
para que la justicia sea mejor que la injusticia, esta tiene que ser
administrada no solo por el más fuerte, sino que también por los más justos. De
lo contrario, la injusticia siempre resultará mejor que la propia justicia.
El camino hacia la vejez
Además, otro aspecto interesante a resaltar es
el de la vejez, etapa de la vida que muchos consideran como una desgracia. Es
en este momento preciso que Sócrates le pide a Céfalo el padre de Polemarco que
le haga mostrar el camino que él ha recorrido a lo largo de sus años de vida. Sócrates
quiere saber si el camino es fácil, penoso, difícil o accesible. A lo que
Céfalo responde que la vejez no es causa de ninguna desgracia ni mucho menos de
infelicidad, más bien la principal causa de las lamentaciones de los hombres es
su propio carácter, cosa que no depende de la edad en sí. Posteriormente se entremezclan
asuntos sobre la fortuna tema en el que Céfalo afirma que la fortuna es el
canal que le permite al hombre salirse de este mundo libre de temor, además que
el poseer riquezas sirve para no verse obligado a mentir, engañar e incluso ser
deudor.
Es precisamente por eso que Platón tratara de idealizar una ciudad
sobria con el fin de que esta consiga una existencia cómoda. Aunque Aristóteles
además de sobria, dice que esta debería de ser liberal, porque si una de estas
dos cualidades falta, entonces se caerá en el lujo o en el sufrimiento. De este
modo, quizás Platón tenga incompleta su manera de idealizar el uso de la
fortuna y el empleo de la propiedad entre los ciudadanos, dado que estos sin
ser liberales estarían propensos a la desgracia.
El Estado ideal
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En esta ciudad cada individuo debe dedicarse a
lo suyo debido a lo que desde antes de nacer ya trae predispuesto. ´´Ninguno de
nosotros nace con la misma disposición natural, sino que difiere de los demás
desde el momento en que nace predispuesto para una ocupación predeterminada´´. Es precisamente en esto que Platón establece
su concepto de justicia. La ciudad será justa siempre y cuando cada quien se
dedique a lo suyo. De acuerdo con eso, puedo expresar que no estoy del todo de
acuerdo con ese razonamiento, pienso que es muy utópico debido a su
distanciamiento de la realidad.
Coincido en que todos ya desde nuestro
nacimiento traemos talentos que nos distinguen de los demás, pero eso no va a
significar que no se pueda dedicar a actividades diferentes. Es verdad que un
hombre no puede ser dos a la vez y que las cosas se hacen mejor cuando cada uno
se dedica a un solo trabajo, pero no se tiene que ser demasiado estricto o por
lo menos no se debería asociar en niveles muy sofisticados a la justicia con
nuestras actividades. Trato de decir que la justicia debe estar más o menos
distanciada de los quehaceres y mantener un equilibrio ante el cumplimento de
lo justo e injusto dentro de los derechos laborales, es decir que no se permita
la marginación.
Por otro lado, estoy de acuerdo en que los
guardianes de esa ciudad-estado ideal no tengan otro interés más que de
mantener segura a la ciudad, pero el mismo pueblo debe mantener el cuidado de
ayudar a quienes ofrecen su vida por el bienestar social. ´´Los guardianes no
deberán tener pertenencias propias, debido a que eso no debe convertirse en
prioridad más que el cuidado de la ciudad´´. Además, que el no poseer grandes
pertenencias les permitirá no convertirse en tiranos. Concuerdo en que estos no
posean grandes pertenencias, sino más bien que vivan con lo necesario para que no
se quejen de calamidad alguna. Pienso que el servicio que brindan los
guardianes a la ciudad no debe implementar fines de lucros y es solo así, que
allí estará el puesto para el que únicamente desea de corazón servir a su
patria.
Seguidamente, para que esta ciudad sea justa
deberá estar dividida en tres clases diferenciadas y es de este modo que cada
parte debe ocupar el lugar que le corresponde. Estas tres clases se ordenan a
partir de un orden jerarquizado, iniciando con los artesanos, en la parte media
están los guardianes y en la cúspide se encuentran los gobernantes. A cada
parte le corresponde una función y una virtud propia dentro de la ciudad. Los
artesanos se encargan de generar los elementos necesarios a toda la ciudad y su
virtud propia es la templanza. Los guardianes se encargan de la defensa de la
ciudad y su virtud es la fortaleza y por ultimo están los gobernantes, estos se
encargan de dirigir la ciudad y su virtud es la prudencia. Es a partir de ese
orden que Platón establece la mejor forma de gobierno.
En esta ciudad reinará la prudencia, el valor,
la templanza y la justicia que es la que le concede las virtudes a la ciudad.
De acuerdo con Platón la ciudad que él se plantea como ideal o perfecta, no
puede existir si en esta no reina el filósofo-rey, dado que será este el único
capacitado y dotado de conocimientos filosóficos que le permitirán a la ciudad
gozar de estabilidad y felicidad. En pocas palabras esta ciudad se resume a una
aristocracia o dicho de otra manera ´´el gobierno de los mejores. No obstante,
yo difiero de este pensamiento platónico, observo que existe mucha radicalidad
en pensar que el estado ideal deba ser gobernado únicamente por un aristócrata,
dado que el ser mejor no es exclusivamente de los aristócratas, sino que
cualquier otro sistema político puede ser el mejor, sin radicar en raíces
aristocráticas. Con esto quiero afirmar que estoy en el máximo acuerdo de que
los que se destaquen como gobernantes sean los mejores dotados para dicho
puesto, aunque estos no sean precisamente aristócratas.
Por otro lado, Platón se dedica a profundizar
acerca de los niveles de igualdad que existen entre hombre y mujer, ´´Porque
hemos convenido en que cada naturaleza ha de aplicarse a un determinado
trabajo, y no hay duda de que aquella difiere en el hombre y en la mujer,
decimos ahora, sin embargo, que el hombre y la mujer deberán tener las mismas
ocupaciones´´. Estoy en completo acuerdo
con Platón, entre hombre y mujer debe existir una misma responsabilidad ante la
construcción de una sociedad justa y aunque la mujer sea más débil que el
hombre, no implica resguardo ante las transformaciones sociales. La mujer debe
tener unos derechos que no se distancien ante la categoría ´´hombre´´.
Sin embargo, este es un tema que en la
actualidad y casi desde siempre ha estado recubierto de mucha ambigüedad y
relevancia. Es decir que, en relación de poder, libertad, autoridad, voluntad,
y otras categorías relacionadas esto posee grandes dimensiones. Con lo que a
esto respecta, cabe mencionar que Aristóteles tiene un pensamiento más
pragmático, el cual contradice la filosofía de Platón. "Todos los individuos
tienen una parte de actitud moral, pero que el saber del hombre no es el de la
mujer, que el valor y la equidad no son los mismos en ambos y que la fuerza del
uno estriba en el mando y la de la otra, en la sumisión". Por lo tanto, el
hombre debe mandar y la mujer debe someterse, lo que indica que hombre y mujer
no son iguales y por ende no se pueden dedicar a la misma actividad.
"Las mujeres de estos hombres serán comunes
para todos ellos y ninguna convivirá en privado con ninguno de estos. Los hijos
serán también comunes y ni el padre conocerá a su hijo ni el hijo a su padre".
No concuerdo con esta manera de organizar el núcleo social, apuesto por una
familia más distinguida, la cual sea el centro en donde los hijos puedan ser
educados por sus padres. Pienso que Platón no le está prestando mayor interés
al asunto familiar, por el contrario, lo está pasando a un segundo plano. A mi
entender, resulta más viable una sociedad justa impulsada desde la familia como
primera institución, que impulsada por cualquier otra escuela particular a la
familia.
Posteriormente, si hay algo que me llama la
atención en todo el contenido de La República de Platón es el mito de la
caverna, a esto quiero dedicarle una corta reflexión. Evidentemente la sociedad
se ve identificada con esta alegoría de la caverna. La gran mayoría de la
humanidad nos hemos aferrado a creencias y supersticiones hasta tal punto que
nos hemos alejado del razonamiento que nos permite salir de la caverna y
abandonar la contemplación de lo que realmente existe. En otras palabras, hemos
creado un muro que nos separa del mundo inteligible. ´"No hay razón para
extrañarse de que los que han llegado a esa contemplación no deseen ocuparse ya
de las cosas humanas y anhelen más que sus almas asciendan a lo alto". Es
realmente impresionante observar la miseria cuando se está fuera de la caverna,
y es precisamente la educación la que nos permitirá observar con claridad y así
poder separar la luz de la oscuridad. El método científico o paradigmas son una
muestra de ello, es este método que nos demuestra que no hay verdad absoluta.
Pero el aferrarnos a la realidad que conocemos nos estanca el verdadero y más
sofisticado conocimiento.
Por ende, es convincente decir que, aún nos
encontramos dentro de la caverna y que cada esfuerzo que hacemos por salir, se
nos es impedido por la comodidad de nuestra ignorancia. Es por esta razón que
se debe implementar en todos los hombres sin distinción alguna la educación,
para que estos abandonen la ignorancia. Sin embargo, Platón confiere a los hombres de
mejor condición el privilegio de distinguir el mejor conocimiento con el
objetivo de saber localizar el bien en todas sus condiciones.
En conclusión, Platón se halla sumergido en la
antes gloriosa Atenas, pueblo donde pasó el mayor tiempo de su vida. Pero en su
momento se encontraba en la ruina gracias a la corrupción y al vicio de quienes
la gobernaban. Es por eso que el aprendió a detestar la democracia debido a su
poca eficiencia en momentos cruciales, además de que esta era causante de
corrupción, cosa que había llevado a la ruina a Atenas. Platón confiaba firmemente que era posible
levantar el brillo de esta ciudad, pero antes de que eso sucediera se debía
invertir en la educación nacional, método que serviría para encontrar la
orientación perfecta que permitiera descubrir la causa de los males, de tal
modo que se pudieran encontrar vías de atajo y así abandonar el caos.
Por consiguiente, a como ya se ha mostrado
Platón plantea un Estado ideal y perfecto con miras a la felicidad de todos los
ciudadanos, dado que solo de esta manera se podrá definir la ciudad justa. Además,
plantea un estado gobernado por un gobierno aristócrata y además de aristócrata
el más inteligente. A partir de esto y a como ya lo dije anteriormente,
concuerdo en que el gobierno sea el de los más inteligentes o de los mejores,
aunque estos no sean precisamente aristócratas.
Puedo afirmar que los grandes diálogos socráticos
están sumergidos en grandes y extensos razonamientos que ciertamente están
llenos de sabiduría. Pero también es evidente que ese pensamiento cuenta con
una gran ausencia de aterrizaje. Es un ideal demasiado utópico debido a su
sentido perfeccionista, y es precisamente lo que se convierte en una crítica
para Aristóteles en su obra la política. "el error de Sócrates nace de la
falsedad del principio del que parte. Sin duda, el estado y la familia deben
tener una especie de unidad, pero no una unidad absoluta". (Aristóteles)
Quizás si resulte la idea del súper hombre,
perfeccionista, el mejor, el más ideal, pero puede decirse que todo ha sido
obra de la imaginación; pero unas ideas no han podido echar raíces, afirma
Aristóteles. Es decir que Platón idealiza su Estado o república lejos de la
práctica.
Referencias
Aristóteles. (s.f.). Política
(segunda edición). Mestas ediciones.
Platón. (s.f.). La
República. edimat libros.
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