Para Latinoamérica las puertas del siglo XXI son muy grandes como para entrar uno por uno
Por Kener Oporta
Latinoamérica ha tenido la particularidad del ideal del integracionismo como forma de hacerle frente con seguridad a los nuevos tiempos, no obstante, su inmadurez a este respecto ha provocado que la región le haga frente a las incertidumbres temporales de forma separada.
No
es casualidad que los proyectos y la filosofía integracionista en la región se
haya hecho con distintos objetivos, algunos de orden económico e identitario y
otros de orden defensivo. Estos últimos responden a las vicisitudes de los tiempos
en los que fueron formulados he intentados llevar a la praxis, en ese respecto,
una de las particularidades que la región tiene es que el ideal del
integracionismo como una constante en la historia, ha sobrevivido hasta la
modernidad por varios factores. Uno, porque ya los integracionistas del siglo
XIX habían advertido de los peligros de no permanecer unidos y dos, porque en
la realidad estas advertencias han tenido un efecto funesto a través de los
tiempos.
La
región no ha sido ajena a la constante reconfiguración del orden internacional
y del abuso de los centros de poder. Cuando los primeros proyectos
integracionistas surgieron y la región decidió amputar abruptamente su pasado
colonial para reconstituirse nuevamente, la particularidad es que el norte se
estaba cocinando lo que iba a ser uno de los centros de poder más grandes de
todos los tiempos, entre tanto, las jóvenes repúblicas apenas si habían virado
hacia el encuentro de su yo identitario, y de la reconfiguración
político-social de su existencia. En ese
contexto, fue Bolívar quien, de entre todos los factores que favorecían la
integración, encontró que esta era necesaria para completar su independencia y, enseguida, para
darle a Nuestra América unida la fuerza que la pusiera potencialmente a
resguardo de las agresiones de las potencias extranjeras en el futuro. (Turner, 2010)
No solo Bolívar
señaló prospectivamente los peligros a los cuales se enfrentaba Latinoamérica
si decidía entrar al siglo XIX por separado, dentro de la concepción martiana
de integración siempre se había recurrido a un peligro común para refrendar la integración,
especialmente si aquel peligro estaba creciendo y se hacía cada vez más
patente, en este sentido, la actualidad de Martí radica precisamente en el
hecho de haberse adelantado a prevenir contra los peligros del imperialismo de
Estados Unidos y haber puesto de manifiesto sus verdaderos fines, y añade que los
peligros no se han de ver cuando se les tiene encima, sino cuando se los puede
evitar. (Molina, 2022)
Tanto en los
casos de Bolívar y Martí –a pesar que los separan varias décadas- la situación
era en la medida predecible, puesto que el peligro común, en este caso EE.UU.,
ya se veía en el horizonte, en la medida en que no era cuestión de que, si se
iba a convertir en una amenaza o no para la región, sino, la pregunta radicaba
en cuándo iba a ocurrir esto, en el caso de Martí ya estaba ocurriendo, nada
más que estaba entrando en una nueva fase. Y como aconteció, la región enfrentó
ambos tiempos separada, sin ninguna clase de integración fuerte y mucho menos
coordinado para hacerle frente a las incertidumbres que supuso este accidentado
tiempo. Así pues, al siglo XX Latinoamérica entro desunida e inestable, pero a
pesar de todo ello, con una certeza, que EE.UU. seria quien se aprovecharía de
esta situación, y así lo hizo ampliamente.
La actualidad
desafortunadamente no es diferente. Las nuevas incertidumbres globales han
dejado entre ver que el mundo está cambiando a velocidades sin precedentes y
que la nueva reconfiguración del orden internacional afectará de sobre manera a
todo el globo, pero de formas impredecibles. A esta incertidumbre Álvaro García
Linera la conceptualiza como Tiempo Liminal, lo cual hace referencia al espíritu
del presente, a la cualidad del tiempo social que ha tomado la forma de un
tiempo suspendido, sin horizonte ni movimiento, producto de la pandemia, la
guerra en Ucrania y la situación de desglobalización; todo sumado generan un
caos cognitivo generalizado, rompen la flecha del tiempo histórico, instalan la
incertidumbre, el temor y la desazón colectiva como nuevo espíritu del tiempo
social. (García linera, 2022)
En este caso la
singularidad es que, si en el pasado la región entro en los nuevos tiempos con
la certeza de que EE.UU. los iba a dominar puesto que, el ideal integracionista
falló, en la actualidad las certezas salen sobrando, la región y en general el
mundo, han entrado a un tiempo liminal en el que las incertidumbres priman,
donde no se sabe a dónde se va ni las consecuencias a futuro. Esa difícil
situación puede ser aún más nociva para América Latina, el mismo García Linera
(2022) reconoce que “no sabemos qué nos deparará este reacomodo. Pero si
América Latina no actúa como colectivo, como grupo, para protegerse -ya no
digamos para intervenir como actor relevante en el mundo-, nos puede ir muy
mal.” En tal sentido, el ideal de la integración debe pasar del discurso a la
praxis, y debe ser considerado como una condición sine qua non para la
seguridad de la región. No obstante, el que se pretenda ignorar que los viejos
problemas del pasado no persisten en la actualidad y que estos, a su vez, no representan
un revés para el proceso integracionista amplio y verdadero para la región,
incurre en grave error.
Las
particularidades de la región persisten, el mosaico de culturas, idiomas,
cosmovisiones y enfoques son el día a día de la realidad latinoamericana,
particularidades que en definitiva no son malas, y en las cuales reside el
sustrato fundamental por el cual trabajar con miras a la integración. Vale la
pena destacar que el 71% de los latinoamericanos apoya la integración regional (BID,
2022) como forma de afrontar las crisis, sobre ese gran apoyo popular es sobre
el cual se debe trabajar y superar los grandes dificultades heredadas del
particular proceso por el cual atravesó América Latina y que, per se, ha
conducido a la actual coyuntura que probablemente se ingrese al siglo XXI y se
avance desunidos, al menos es lo conservadoramente predecible si no se empieza
desde ahora a trabajar en la integración regional.
El tiempo es
apremiante, y la historia nos ha demostrado que somos más susceptibles a los
abusos y la exclusión separados, el nuevo tiempo tiene la posibilidad de no ser
la excepción a ese esquema si no se atienden los llamados para la amplia
integración de toda América Latina.
Referencias
BID. (2022, 3 marzo). ¿Cómo perciben los
latinoamericanos la integración regional en tiempos de pandemia? Recuperado 25
de septiembre de 2022, de https://blogs.iadb.org/integracion-comercio/es/como-perciben-los-latinoamericanos-la-integracion-regional-en-tiempos-de-pandemia/
García Linera, A. G. L. (2022, 16 junio). García
Linera desmenuza los mitos neoliberales: Qué gana EEUU con la guerra en
Ucrania. CLACSO,
lahaine.org. https://www.lahaine.org/mundo.php/garcia-linera-desmenuza-los-mitos
García Linera, A. G. L. (2022, 11 julio). HURGANDO
EL AVISPERO 1. Blog de Yuri F. Tórrez. https://hurgandoelavispero1.wordpress.com/2022/07/11/alvaro-garcia-linera-mis-reflexiones-son-un-marxismo-situacional-por-yuri-f-torrez/?fbclid=IwAR1PSFF9DgXkZ-PItuCHTl1jfona6nnekmoYj76_PtwqO_nfPWgWrQX2_mI
Molina, M. M. (2022). JOSE MARTÍ Y LA REALIDAD AMERICANA
DE SU TIEMPO. WPD. http://wpd.ugr.es/~mimolina/wp-content/uploads/Jos%C3%A9-Mart%C3%AD-y-la-realidad-americana-de-su-tiempo.pdf
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